La obesidad es una enfermedad crónica que se caracteriza por un aumento del peso corporal debido a un incremento del tejido adiposo, el cual según su magnitud y distribución puede provoca serios daños en la salud. En ella participan factores biológicos, psicológicos y ambientales, tanto en su origen como en su evolución. En los últimos 50 años la obesidad se ha incrementado marcadamente a nivel mundial, a tal punto que en la actualidad este problema se considera una EPIDEMIA porque afecta a muchas personas de todas las edades y en casi todos los países del mundo.

Según la Organización Mundial de la Salud, existen alrededor de 1000 millones de personas con sobrepeso, de las cuales 300 millones son obesos. En Argentina, datos de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo del Ministerio de Salud, revelan que el 14,6% de la población tiene obesidad y el 34,5%, sobrepeso, valores similares a los encontrados en los Estudios realizados por nuestro grupo de trabajo, Estudios Deán Funes I y II, y Oncativo, es importante destacar que comparando la población estudiada en los estudios Deán Funes I y II, separados por 10 años, se vio un incremento significativo de la obesidad, sobre todo en mujeres.

El incremento de obesidad en los niños es especialmente preocupante si se consideran las consecuencias negativas que tienen para la salud, tanto a corto plazo (dificultad para realizar actividad física, problemas de socialización, baja autoestima) como a largo plazo (hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares, alteración de lípidos sanguíneos, problemas en huesos y articulaciones). Por eso es importante la creación de hábitos alimentarios saludables desde edades tempranas, educación alimentaria e iniciación oportuna a la actividad física, costumbres que pueden modificarse y contribuir a la disminución del riesgo de padecer sobrepeso y obesidad.

Causas

La obesidad se produce cuando el consumo de calorías supera su gasto durante un tiempo prolongado. A diferencia de lo que comúnmente se cree, la obesidad no es el resultado de una decisión personal (el mero deseo de comer) o de la “falta de voluntad” para adelgazar. En efecto, en las últimas décadas se han acumulado evidencias acerca de las influencias genéticas, metabólicas y ambientales en su desarrollo. Incluso episodios de desnutrición en edades tempranas o bien durante la vida intrauterina el exceso o déficit de nutrientes se encuentran relacionados con el desarrollo de la obesidad.
  • Predisposición Genética.
  • Sedentarismo.
  • Consumo de alimentos de alta densidad energética que conduce a un exceso de acumulación de grasa corporal.
  • Alteraciones endócrinas.
La Obesidad no se considera más sólo un problema estético; está catalogada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una enfermedad crónica, progresiva, severa y de gran impacto en la salud pública.
Es una enfermedad que casi siempre está asociada a otros trastornos, como:
  • Diabetes.
  • Hipertensión arterial.
  • Aumento de grasas y colesterol en la sangre.
  • Enfermedades cardiovasculares.
  • Problemas osteoarticulares.
  • Diversos tipos de cáncer.
  • Infertilidad.
  • Alteraciones en la piel.
  • Dificultades respiratorias.
  • Alteraciones gastrointestinales.
En relación a los Problemas Cardiovasculares, la Obesidad es un factor de riesgo per se, pero además es una condición que favorece el desarrollo y el empeoramiento del resto de los factores de riesgo, podríamos decir que la epidemia de obesidad, ha producido mayor cantidad de factores de riesgo(mayor prevalencia), y esto se traduce en mayor cantidad de complicaciones cardiovasculares( mayor incidencia) como infarto agudo de miocardio y accidente cerebrovascular.
La grasa corporal que se acumula en el área del estómago, y que se conoce como "obesidad abdominal" u "obesidad central", constituye un riesgo de salud, mayor que la grasa corporal que se acumula en el área de las nalgas y de los muslos. Por esta razón, la medida de la cintura proporciona información valiosa en relación al riesgo de desarrollar enfermedad del corazón, presión sanguínea elevada, colesterol alto y diabetes tipo dos. Se considera que una medida de circunferencia de cintura es elevada, si supera 102 centímetros en los hombres o 88 centímetros en las mujeres.

VALORES NORMALES:
MENOS DE 102 cm en Hombres
MENOS DE 88 cm en las mujeres
Problemas anímicos: existe una marcada relación con baja autoestima, especialmente en los niños y adolescentes, y también con Depresión y Ansiedad. Estos problemas se ven agravados ante la dificultad de perder peso sostenidamente, y pueden hacer que las personas coman, como una manera de responder al estrés. De esta forma, se crea un círculo vicioso muy difícil de romper, en el cual, el aumento de peso provoca alteraciones anímicas y éstas derivan en un incremento de peso, mayor depresión y ansiedad. Problema frecuente y grave, ya que es difícil salir de tal situación.

Trastornos sexuales: la obesidad puede afectar de distintas formas la vida sexual de la pareja, en algunas personas obesas se produce una disminución en la producción de hormonas sexuales, que influye sobre el nivel de líbido o deseo sexual. No obstante, la principal razón por la que la obesidad puede afectar la sexualidad es a través de la insatisfacción con el propio cuerpo, que hace que muchos obesos se sientan sin atractivo sexual o con un miedo exagerado al ridículo o al rechazo.

Trastornos alimentarios: otra posible complicación es el desorden de comedor compulsivo o “desorden de atracón”, que se caracteriza por comer en exceso y en forma descontrolada, con el consecuente aumento de peso y períodos de depresión.

Discriminación: los obesos son blanco de discriminación a causa de su peso. Esto es así porque la obesidad es vista como un rasgo negativo, ya que se la atribuye a una responsabilidad individual (falta de voluntad, gula, pereza). Se han documentado conductas discriminatorias en el lugar de trabajo (menor sueldo a igual tarea, menores oportunidades de contratación y ascensos), centros educativos (rechazo de pares y maestros), centros de salud (falta de instalaciones adecuadas, atención deficiente) y en las relaciones sociales (abuso verbal, burlas y agresiones físicas).
El tratamiento de Obesidad conlleva un complejo proceso que deben enfrentar los pacientes y que comienza por un diagnóstico adecuado. Se habla de diagnóstico adecuado ya que todo paciente presenta diferentes formas de obesidad y cada una de ellas posee variantes que dependen de la carga genética del individuo y de la influencia del ambiente sobre él. De allí la importancia del médico a la hora de descubrir cuáles son los factores modificables y cómo deben enfrentarse.

Una vez hecho el diagnóstico correcto, es indispensable la interacción de otras especialidades de la medicina (nutrición, psicología, psiquiatría, kinesiología, licenciado en actividad física), las cuales deben aportar sus conocimientos para lograr una correcta pérdida de peso.

Un programa de tratamiento implica la interacción de 5 pilares fundamentales, a saber:
  • TERAPIA NUTRICIONAL.
  • TERAPIA PSICOLÓGICA.
  • TERAPIA FARMACOLÓGICA.
  • TERAPIA FÍSICA.
  • TERAPIA QUIRÚRGICA.
A ESTO SE LE DEBE SUMAR LA ATENCIÓN DE LAS ENFERMEDADES ASOCIADAS QUE REQUIEREN UNA ESTRICTA VIGILANCIA MÉDICA.

Actualmente la obesidad es una de las patologías peor tratadas debido al sin número de métodos no científicos, dietas de moda muy bajas en calorías, productos “mágicos” y demás tratamientos inefectivos que existen y prometen la “cura” de la enfermedad. Por esto es muy importante consultar siempre a un equipo de profesionales calificados e idóneos para evitar frustraciones y graves daños a la salud.

Existen muy pocas medicinas que ayudan a bajar de peso, las cuales deben ser indicadas y supervisadas por un profesional médico. Deben ser utilizadas como apoyo al tratamiento nutricional y a la actividad física, y nunca como único tratamiento.

Bajo supervisión, son una herramienta poco útil en el curso del tratamiento. El plan de tratamiento a llevarse a cabo varía según el grado de obesidad que presente el paciente, el cual puede ser: sobrepeso, obesidad leve, moderada, severa o extrema.

Estos planes incluyen desde el tratamiento nutricional, plan de actividad física confeccionado por un profesional, terapia psiquiátrica y/o psicológica con especialistas, farmacoterapia, hasta la eventual realización de cirugías bariátricas.

El tratamiento en cada tipo de obesidad será programado por el equipo de profesionales y consensuado con el paciente, según su estado y evolución. Con esto se busca un abordaje integral de la enfermedad y una adecuación del tratamiento de acuerdo al estado de salud y a las características de cada paciente.
El plan alimentario-nutricional es uno de los pilares del tratamiento de la obesidad y tiene como objetivo no sólo la pérdida de peso, sino también la disminución de complicaciones y enfermedades asociadas, reeducación del paciente y adopción de hábitos alimentarios saludables.

La adhesión al tratamiento y los cambios en la conducta alimentaria son indispensables para lograr los objetivos propuestos y mantener el descenso de peso a largo plazo. Por esto el plan alimentario debe ser individualizado, acorde a las necesidades del paciente y con objetivos realistas y alcanzables que eviten frustraciones futuras.

La terapia nutricional consta de:
  • Una entrevista inicial con un Licenciado en Nutrición o Médico Nutricionista en la que se plantean los objetivos del tratamiento según las metas deseadas y las metas posibles, se toman las mediciones antropométricas (peso, talla, circunferencia de cintura, etc.), se realiza una anamnesis (interrogatorio) alimentaria en la que el paciente describe como se estructura su alimentación habitual, se evalúan complicaciones y enfermedades asociadas al exceso de peso.
  • Una segunda consulta en la que se hace entrega del plan alimentario confeccionado especialmente para el paciente, con valores de nutrientes ajustados a sus necesidades y adecuado en el mayor grado posible a sus preferencias alimentarias, horarios, actividad física y estilo de vida. El profesional explicará todos los puntos del plan alimentario y el paciente podrá despejar sus dudas respecto al mismo.
  • Consultas de seguimiento, control del descenso de peso y modificación del plan alimentario. Estos controles se realizan primero semanalmente y luego de manera mas espaciada generalmente cada quince días o un mes según la evolución del paciente.
  • Todo tratamiento nutricional va acompañado de educación alimentaria, no sólo durante las consultas con el profesional, sino también mediante charlas y talleres informativos de prevención y modificación de hábitos alimentarios no saludables, y estas conductas deben ser adoptadas y continuadas durante toda la vida para evitar la recuperación del peso perdido.
Resulta indispensable complementar el tratamiento nutricional con un plan de actividad física, para permitir el mantenimiento a largo plazo y otorgar una mayor efectividad al tratamiento de la obesidad.

Los ejercicios aeróbicos (caminata, bicicleta, natación) son los ideales a realizar para un paciente con sobrepeso u obeso, ya que luego de 15 minutos de este tipo de actividad permanente comienzan a movilizarse los depósitos de grasa del cuerpo para ser utilizada como combustible. Dentro de las actividades aeróbicas la caminata es la que tiene mayor aceptabilidad por parte del paciente ya que no requiere entrenamiento previo, da seguridad en poder realizarla, no representa peligro cardiovascular y se puede hacer en cualquier lado y sin costo alguno.

Cuando el paciente es demasiado inactivo conviene comenzar aumentando la actividad con cambios en los hábitos cotidianos, tales como remplazar en parte los medios de transporte por desplazamiento a pie, el uso de escaleras en lugar de ascensores, realizar movimientos mientras se permanece frente al televisor (bicicleta fija, cinta transportadora, escalador etc.)

La actividad física se deberá adecuar a cada persona tomando en consideración el tipo y grado de obesidad, la edad, la motivación y la presencia o no de enfermedades asociadas.

Es importante destacar, que todo paciente debe ser valorado y certificado por su médico, para realizar actividad física.
La terapia quirúrgica no es la solución para todos los tipos de Obesidad. Es una operación mayor que se realiza en pacientes cuyo exceso de peso los pone en riesgo de complicaciones graves e incluso de muerte; no obstante con el avance en las técnicas quirúrgicas y la experiencia de quienes la realizan, cada vez son menos riesgosas.

No se trata de una cirugía estética y nunca es la primera opción para adelgazar; los pacientes deben haber intentado perder peso repetidamente y a conciencia mediante métodos tradicionales. Tampoco significa una alternativa para personas con sobrepeso leve o moderado, ni es una solución mágica para bajar sin esfuerzo; el compromiso de la persona es un requisito necesario y fundamental para el éxito del tratamiento. Para determinar si una persona puede someterse a un procedimiento bariátrico (es decir cirugías para bajar de peso, Manga Gástrica, By-Pass Gástrico etc.) se realiza una evaluación en la que participan el médico clínico, cirujano, anestesista, psicólogo, nutricionista y profesor de actividad física.
RIESGO MUY ALTO
  • Diabetes tipo 2.
  • Cálculos biliares.
  • Colesterol y/o triglicéridos elevados.
  • Resistencia a la insulina.
  • Apnea del sueño.
RIESGO MODERADO
  • Enfermedad coronaria (infarto).
  • Hipertensión arterial.
  • Artrosis.
  • Hiperuricemia y gota.
RIESGO LEVE
  • Cáncer de mamas.
  • Infertilidad.
  • Síndrome de ovarios poliquísticos.
  • Lumbago.( Dolor de columna )
  • Riesgos anestésicos.
1. BAJAR DE PESO ES POSIBLE CON EL ASESORAMIENTO DE UN EQUIPO MÉDICO CALIFICADO. 2. NUNCA CREA EN SOLUCIONES MÁGICASO MENTIROSAS, NO SOLO, NO DARÁN LOS RESULTADOS ESPERADOS, SINO QUE ADEMÁS PUEDEN AFECTAR SERIAMENTE SU SALUD. 3. SI EL TRATAMIENTO MÉDICO CONVENCIONAL NO DA RESULTADO, LA CIRUGÍA ES UNA MUY BUENA ALERNATIVA.
Los enormes avances de la medicina, en los últimos 50 años han llevado a la población mundial a un sustancial cambio en la incidencia de enfermedades, pasando del predominio de las enfermedades agudas y transmisibles hacia las crónicas, no transmisibles.(Con la excepción del Zars, Mers y Covid 19) Este cambio ocurrió fundamentalmente en las sociedades desarrolladas y en vías de desarrollo, encontrándose muchas de ellas cursando aún la etapa de transición epidemiológica. A esto debe agregarse el gran aumento de la población mundial, y el creciente incremento de la expectativa de vida. Todo este conglomerado muestra hoy una enorme prevalencia de patologías como la cardiovascular, encefalovascular, hipertensión arterial, diabetes, enfermedad crónica pulmonar, diferentes tipos de cáncer y otros trastornos como el deterioro cognitivo y la depresión. Todas ellas tienen denominadores más o menos comunes, vinculados al estilo de vida, en gran medida modificables, como la obesidad, el sedentarismo y las adicciones. Cifras alarmantes como; 2.300 millones de adultos con sobrepeso, y más de 700 millones de obesos. Para quienes tienen un Índice de Masa Corporal IMC- entre 30 y 35, la expectativa de vida se reduce de 3 a 4 años; para quienes tienen más de 40 la reducción llega a los 10 años de vida. Además las mujeres obesas, tienen 13 veces mas posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2, y cuatro veces más posiblidades de desarrollar hipertensión arterial. Los varones obesos tienen 5 veces mas chances de ser diabéticos y 3 veces más riesgo de hipertensión arterial. Estudios llevados a cabo en Córdoba, muestran una prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población adulta cercana al 70%, esta prevalencia es mayor en mujeres y más aún en las que tienen baja condición socioeconómica. Los objetivos principales en este desafio serán, en primer lugar evitar que el individuo gane peso en forma exesiva cuando el mismo es normal, y en segundo lugar tratar de mantener un peso saludable a lo largo de la vida, comenzando lo antes posible con prácticas educativas. Hoy sabemos que la ganancia de peso cuando se lleva a cabo en forma lenta, se debe sólo a cambios en el balance energético, de tal manera que si a un niño entre los 2 y 5 años de edad, se le restringe 30 calorias de su ingesta diaria, lo que es menos de una cucharada pequeña de azúcar, se logra evitar que gane peso mas allá de lo normal. (a manera de unsimple ejmplo) Si uno espera la adolescencia para comenzar a actuar, la restricción calórica debe ser de 200 calorias diarias, y en la adultez la cifra trepa 500 calorias diarias. Claramente se entiende que, con pequeños cambios educativos en el niño y su entorno, otorgándoles el poder a ellos de decidir una alimentación saludable, y responsable; pueden lograrse los objetivos planteados. Una alimentación responsable implica buena selección alimentaria, con predominio de frutas y verduras, moderación o más bien restricción en la ingesta de azùcares y sal, y reducción de la ingesta de grasas. Estas estrategias ya se vienen desarrollando en nuestro medio por diferentes organizaciones, y por diferentes caminos, pero en la actualidad no conocemos la magnitud del impacto de estas conductas relacionadas al cuidado de la salud. Hoy se discute en países que han considerado la lucha contra la pandemia de obesidad, como una política de estado, si es mayor el impacto educando solo a los niños, a través de estrategias educativas bien programadas, o si sería mejor apuntar y jerarquizar más la educación del adulto, que luego transmitirá a sus hijos; en realidad sin dudas ambas acciones son complementarias y no importa cúal es mejor, en lo que no hay dudas, es que "LA EDUCACION ES LA MEJOR INTERVENCIÓN EN PERSONAS SANAS O ENFERMAS PARA NO ENFERMAR O PARA QUE LAS COMPLICACIONES DE LAS ENFERMEDADES SEAN MENORES Y MAS LEVES".