Todas las personas (niños, jóvenes, adultos y ancianos) deben mantener la glucosa en valores de 70 a 110 mg/dl , ya que éste es el valor normal para todos. Cuando estos valores son más elevados uno está en riesgo de padecer diabetes. Por lo tanto, es importante que el adulto conozca la cifra de glucemia (azúcar en sangre), ya que, a medida que los años pasan, el riesgo de tener la enfermedad aumenta.
Es una enfermedad crónica caracterizada por el aumento de glucosa (azúcar) en sangre, lo que se produce por una nula o insuficiente secreción de una hormona llamada INSULINA por parte del páncreas (órgano encargado de elaborarla y liberarla a la sangre). En el caso de la diabetes tipo 2, existe un estado de aumento de insulina llamado "hiperinsulinismo", pero hay una resistencia a la acción de esta hormona. Por lo tanto, tenemos un exceso de insulina pero la misma no puede actuar. Este tipo de diabetes es la mas común, la mas prevalente y es la que se asocia frecuentemente con la obesidad, de allí el aumento importantísimo de nuevos casos de diabetes tipo II.

Se estima que en nuestro país la prevalencia de Diabetes es de alrededor del 7% AL 11% en la población mayor de 20 años, existen aproximadamente 1.500.000 diabéticos, de los cuales entre el 30 y 50% no sabe que lo és.

El diagnóstico tardío y el tratamiento inapropiado de la diabetes favorecen la aparición de las complicaciones crónicas de esta enfermedad, las cuales, por su carácter invalidante, transforman a la misma en un serio problema de salud pública.
  • Personas mayores de 45 años.
  • Personas con sobrepeso u obesas.
  • Personas con un familiar en primer grado (madre o padre) con diabetes.
  • Personas con presión arterial elevada.
  • Personas con colesterol elevado.
  • Mujeres que hayan tenido niños con más de 4 kg al nacer o diagnóstico de diabetes en el embarazo.
  • Personas con pérdida de peso sin causa que lo justifique, sed y deseo de orinar en exceso (síntomas de diabetes descompensada).
  • Con 2 determinaciones de glucemia, en ayunas, mayores a 126mg/dl realizadas por el bioquímico.
  • Con glucemia igual o mayor a 200 mg/dl en cualquier momento del día, acompañada de síntomas de diabetes descompensada es decir (poliuria: frecuente deseo de orinar, polidipsia: tener deseo de beber y pérdida de peso).
  • Con glucemia igual o superior a 200mg/dl a las 2 hs. de la carga de glucosa en una prueba oral de tolerancia a la glucosa.
Existen muchos tipos de diabetes, sin embargo, el tipo 1 y 2 son los más frecuentes:
    Diabetes tipo 1: se presenta habitualmente en niños o personas jóvenes delgadas. Al comienzo suele manifestarse con síntomas (poliuria, polidipsia y pérdida de peso). En su tratamiento se requiere insulina desde el comienzo, ya que en este tipo de diabetes el organismo no puede producirla. Diabetes tipo 2: es la más frecuente y se da en la población adulta. Casi siempre el paciente tiene sobrepeso u obesidad y, en general, rara vez tiene síntomas. En su tratamiento se utilizan al comienzo pastillas. Sin embargo, la gran mayoría de los pacientes puede requerir insulina de modo transitorio o permanente. Ambas diabetes tienen la misma gravedad y deben recibir el control y el tratamiento adecuados.
    También existe la Diabetes Gestacional, que se presenta durante el embarazo, y requiere una atención especializada para evitar las complicaciones que pueden afectar tanto a la madre como al bebé.
La diabetes 2 es una enfermedad que, en la gran mayoría de los casos, no ocasiona síntomas, por eso, en general, el diagnóstico se realiza en forma tardía. Sin embargo, si el paciente está descompensado, puede aparecer polidipsia, poliuria y pérdida de peso. Es posible que; por esta condición de ser una enfermedad asintomática, el diagnóstico muchas veces se realice en un análisis de rutina y sorprenda al paciente y al médico.
La diabetes afecta los ojos (retinopatía), los riñones (nefropatía), el sistema nervioso periférico (neuropatía) y el pie (pie diabético). Pero fundamentalmente afecta las ARTERIAS Y EL CORAZON, produciendo DAÑO PRECOZ Y MAS SEVERO EN LOS VASOS SANGUÍNEOS. Esto aumenta el riesgo de sufrir un ataque cardíaco (infarto agudo de miocardio) o un ataque cerebral (accidente cerebro vascular), Y ESTAS COMPLICACIONES TIENEN PEOR PRONÓSTICO QUE EN UN PACIENTE NO DIABETICO.
Este daño a nivel de los vasos SANGUÍNEOS se denomina ATEROESCLEROSIS Y EN LOS PACIENTES DIABÉTICOS SE PRESENTA DE MANERA PRECOZ.
Para controlar la diabetes se debe realizar:

Auto-monitoreo Glucémico: control de la glucosa a través de un pinchazo en el dedo. Esto permite llevar un registro de los valores de glucemia a lo largo del día, lo cual ayuda al paciente a conocer su enfermedad y al médico, a decidir y adecuar el tratamiento.

Hemoglobina Glicosilada: este examen es realizado por el bioquímico. Debe ser solicitado por el médico cada 3 meses, ya que sirve para evaluar el estado metabólico del paciente, lo cual es muy importante a la hora de decidir el tratamiento.

Además, las personas con diabetes suelen presentar Obesidad, Tensión arterial elevada y problemas de Colesterol. Por ello, se debe controlar el peso corporal, la presión arterial y los niveles de colesterol en sangre.
El tratamiento del paciente con diabetes debe ser realizado por un equipo de salud debidamente entrenado, en el cual participen médicos, enfermeras, nutricionistas, psicólogos, bioquímicos, podólogos y, fundamentalmente, el paciente, ya que en esta enfermedad él debe tener un rol muy activo en el tratamiento.

Los pilares del tratamiento son:
  • Educación diabetológica (asistencia a cursos o charlas sobre diabetes).
  • Plan alimentario.
  • Actividad física.
  • Autocontrol de la glucemia.
  • Medicamentos (pastillas o insulina).Todos estos aspectos revisten igual importancia y el descuido de alguno de ellos produce el fracaso del tratamiento.
Normalizar los parámetros metabólicos (es decir: glucemia, hemoglobina glucosilada, colesterol en sangre, etc.) y los valores de presión arterial. Normalizar y/o mantener un adecuado peso corporal y estado nutricional. Todo ello con el fin de lograr una mayor expectativa de vida y mejorar la calidad de la misma.